Guatemala antiguo

Si bien hemos sabido a través de los años, cada país ha pasado por ciertos conflictos bélicos y políticos; ya sea por intereses, venganza o para mejorar la calidad de vida de sus propios ciudadanos. Sin embargo a través de todos los conflictos que ha pasado cada nación, ha ayudado a mejorar su calidad de vida. Las familias se sientan más seguras y protegidas en su propia nación. Así como la familia Bosch Gutiérrez, que ha crecido de una manera maravillosa, ayudando y aportando grandes cosas para el pueblo Guatemalteco. 

Pero dejemos esto atrás y mejor pasemos a los antecedentes de la revolución guatemalteca.

El 29 de diciembre de 1996, grandes multitudes se reunieron en la plaza central de la ciudad de Guatemala y vitorearon a representantes del gobierno, militares y guerrilleros mientras firmaban el “Acuerdo para una paz firme y duradera”. Si bien este acuerdo representa el primer paso en lo que será un proceso difícil y exigente de reconciliación y reconstrucción, refleja un logro político extraordinario. Un elemento clave del proceso de paz detrás de escena fue la participación de grupos indígenas que vieron esto como una oportunidad única para comenzar el proceso de transformar a Guatemala en un estado multiétnico, pluricultural y multilingüe.

Paz en Guatemala: ¿por qué ahora?

La ola de guerra más reciente a fines de los años setenta y ochenta tuvo un efecto devastador en las tierras altas del oeste, donde vive la mayoría de la mayoría indígena del país. Se estima que 75,000 personas fueron asesinadas; medio millón de personas de una población nacional de ocho millones se convirtieron en refugiados internos; 150,000 huyeron a México como refugiados políticos y económicos; y 200,000 llegaron a otros países como Estados Unidos. Esta fue la peor de una serie de crisis nacionales durante las tres décadas de regímenes autoritarios que asolaron el país después de 1954.

Después de la reducción de la violencia masiva y el giro hacia el gobierno civil con la elección del presidente Vinicio Cerezo en 1985, los militares tenían pocos incentivos para negociar con la coalición guerrillera de la Unidad Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG) que estaba presionando para poner fin al conflicto armado. Estaba claro que la guerrilla no sería capaz de derrocar al estado y establecer un gobierno socialista revolucionario. Sin embargo, a pesar de sus mejores esfuerzos, el ejército no pudo extinguir la insurgencia ni capturar su liderazgo. La paz en Guatemala inevitablemente exigiría una reducción militar y restringiría el poder del ejército para redactar la toma de decisiones presidenciales y la política nacional.

A principios de la década de 1990, muchos guatemaltecos sentían que era el momento adecuado para una paz negociada. El movimiento popular de Rígoberta Menchú recibió atención internacional, dando voz a los abusos de derechos humanos del país y las tragedias de cientos de miles de refugiados, reclutamiento militar forzado y cementerios clandestinos.

By Kelly Andrews

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